Cada
encuentro del Oratorio tiene una ficha-guía en la que aparece el esquema que se
explicará a continuación, este esquema nos sirve para darle unidad a la sesión
del oratorio y cada paso que se va dando quiere darle una lógica al encuentro,
sin embargo es un esquema flexible que se puede adaptar al grupo de niños y a
las necesidades que se van presentando.
Gracia de la Reunión: Es
el objetivo de la reunión
Preparación Previa: Es
el momento en el que el animador busca a los niños en el aula de clase y los
invita a prepararse para el encuentro con Jesús, con palabras o frases breves y
claras (Obediencia, atención, silencio, expectación…)
Entrada y distribución: Aquí
es necesario resaltar el orden y el respeto. La forma de entrar en la capilla u
oratorio ya es preparación para el encuentro con Jesús
Memoria del encuentro anterior: Recordar
los anteriores encuentros nos puede ayudar a dar sentido y verdad al proceso
que vamos viviendo. En la oración conocemos creemos y confesamos la presencia
de Jesús, y si retomamos lo vivido podemos caer en la cuenta de las presencias
y recuerdos de Jesús, poco a poco vamos haciendo conciencia de esto y se
generaran actitudes y comportamientos nuevos como resultado de dejarse
encontrar por Jesús en la vida diaria.
Oración del corazón: Es
un momento importante y fundamental en la experiencia del oratorio. Aquí los
niños oran con frases cortas que se repiten de forma sosegada, se cuida la
postura corporal. Es el momento del silencio para escuchar y hablar con Jesús
Canto meditativo: San
Agustín decía que el que canto ora dos veces, y los cantos aprendidos en el
oratorio pueden ayudarnos a crecer en la fe y a orar si cuidamos que su contenido
sean citas bíblicas y teológicamente sanas; es importante también que la música
sea bella, que invite a la oración, al recogimiento a la unción.
Introducción a la Palabra: Antes
de proclamar la Palabra de Dios es bueno crear en los niños cierta expectación,
despertar su curiosidad e invitarlos a abrir su corazón a la escucha de la
Palabra, recordándoles aquí que es Dios quien nos habla. Se debe procurar
siempre proclamar la Palabra desde la Biblia.
Escucha de la Palabra: En
cada encuentro proclamamos la Palabra de Dios directamente de la Biblia,
leyendo pausadamente y expresivamente.
Comentario de la Palabra: Después
de proclamar la Palabra de Dios se deja un momento de silencio para que lo
niños gusten y recreen en su interior la Palabra que acabaron de escuchar,
posteriormente se les pregunta que recuerdan del texto bíblico y con preguntas
sencillas y claras vamos profundizando en el contenido del texto, subrayando
aquello que puede ser importante para nuestra vida.
Versículo Clave: Es
importante memorizar alguna frase o texto bíblico ya que en un futuro lo
aprendido servirá de apoyo a próximas experiencias
Aplicaciones a la Vida: Forma
parte del comentario de la Palabra, aunque aquí no se suele hablar del
compromiso sino de continuar viviendo lo que se proclamó en la Palabra de Dios
y se les anima a los niños a comunicar en casa aquello que más les gustó de la
Palabra, los gestos que realizamos o lo que vivimos durante el encuentro.
Oración final: Podemos terminar
recitando juntos el Padrenuestro u otra oración que los niños hayan aprendido
Despedida y salida: Podemos
terminar diciendo: “Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleva la vida eterna” luego todos responden: “Amén”
Después
cada niño viendo al sagrario se despide de Jesús con una venia (Educación
inicial) o una genuflexión (para los demás grados) y salen uno tras otro de
forma ordenada y silenciosa.